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| De Pabl@.
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De Port "La dulce mentira de la realidad"...Creo que, a pesar de todo, somos afortunados. Al menos nos ha sido dado el don de vivir en un doble plano, el del hecho y el del pensamiento. La imaginación convierte los sucesos en un continuo sueño. Finalmente, en esa nebulosa con huellas concretas que es la vida pasada, todo tiende a mezclarse, que no confundirse. El balance, lo que importa es el balance. Y eso es lo que da la sensación de pérdida o no pérdida. Yo trato de que el tiempo no me gane la partida. Y por eso dejo escritos, fotos, memoria, vida, como señales del camino. |
Netwriters es la red creada por una serie de escritores, entre los que me encuentro, y que, en poco meses, ha creado una serie interesante de focos de interés en el universo de las Letras, sobre todo, en nuevos escritores de España y todo el mundo. De vez en cuando voy a traer a mi blog algunas entradas y comentarios que ponemos allí, en los grupos literarios, en los foros, en la propia web.2 en la que participamos la mayoría. Hoy, a partir de una entrada de un compañero, he tenido la idea de cambiar el formato y traerla aquí. Y un comentario mío sobre ella.
ResponderEliminarTodo, en netwriters.eu
Respecto al hecho de intentar vivir y conservar la vida en la memoria, como impulso, no como refugio - aunque también pueda serlo a veces - es una consecuencia de que somos una acumulación de sucesos que van conformando nuestra identidad. El intento de que el tiempo - esa inconcreción tan concreta - no nos gane la partida es un tema de actitud. Que nos la ganará algún día, es evidente. Pero que ese día nos la gane del todo y sin remisión, con valentía y firmeza ante los hechos irrefutables. Mientras, que no nos venza en pequeñas derrotas cotidianas. Por lo menos, que intentemos no dejar que la vida nos pase por encima sin presentar batalla.
ResponderEliminarHola Emilio,
ResponderEliminarMe parece fantástico que incluyas algún comentario de Netwriters, pues es literatura viva, espontánea.
Con respecto a lo de vivir soñando o soñar viviendo, es uno de los pocos dones que hacen soportable esta vida. Eso sí, con los pies en la tierra.
Por cierto, te he dejado un pequeño regalito en mi blog.
Un abrazo.
Yo creo, Jose Antonio, que la Literatura, como concepto global, es un modo de estar, de ver la vida. La literatura como elemento de conocimiento que permite caminar al que lee y, sobre todo, esto es un elemento diferenciador entre la lectura y la escritura, caminar al que escribe. La vida diaria de algunos de nosotros pasa siempre por unos cuántos renglones escritos, unas cuantas palabras de creación y reflexión, unas cuantos elementos literarios de conducta y vida. La Literatura, para mi, es mi mundo. Porque con ella alcanzo a todo. Veo mejor a través de la palabra escrita, me siento seguro en un universo lleno de incertidumbre. Yo soy al escribir y también al vivir en otros planos, pero esos planos llevan siempre un bloc de notas detrás, una libreta. Y, en esa línea, esta pantallita es, también, mi propio escenario, la ventana, como decía en mi poema Windows, por la que me asomo y por la que encuentro a los otros, por la que puedo mirar y soñar. Los pies en la tierra, como tú dices, son los pies en la tierra de cada uno. Y, como dice también el título de una novela, que luego se llevó al cine, "esta tierra es mía". Y el que sea mía no quiere decir que no la comparta. Esta entrada que comentas es un ejemplo. Sin interacción no hay más que vacío. Ni siquiera la identidad se puede conformar sin los otros. Eso sí, cada uno en su casa...y la comunidad - la literaria es la que me interesa - en la de todos.
ResponderEliminar«La dulce mentira de la realidad». Todo, cada suceso, pasa por el tamiz de la percepción que lo relativiza. Paradójicamente no hay nada más relativo que la realidad. Dulce o amarga, verdad o mentira es solo una visión que no es absoluta ni para un mismo individuo ya que él no deja de ser una realidad dinámica también.
ResponderEliminarCuando todo tu entorno ya solo es contorno. Limita y oprime tanto tu espacio vital que te impide respirar. Cuando todo es tan absurdo y ajeno a ti solo queda esa otra realidad, «sentida, que no imaginada», ese refugio al que acudir «todos los días». Esa leve unión que te mantiene en la cordura. Y si te desvías de las traducciones usuales de la realidad te miran mal, te excluyen, te llaman excéntrico sin saber que supone un elogio. Alejarse del centro, del contorno que limita, no solo espacialmente, tu caminar. La certeza de que todo es un montaje fue súbita, el proceso de escapar no.
La ausencia es continua, se ahogan los impulsos, se pliegan las sensaciones con la esperanza, el cariño y la ilusión de conservarlas intactas para momentos más propicios pero oleadas continuas que desgastan sobrevienen de golpe, evidencian el vacío y éste es tan abrumador que te paraliza. Sientes que no podrás dar un paso más, que nada importa. Solo queda la esperanza de que el rumbo no sea tan errático como parece. Y solo nos salva la certeza de lo vivido, de lo sentido, de la propia realidad. No la que resbala todos los días por nuestra piel, la que nos embadurna y dificulta el movimiento. No. La otra. La que penetra. La que se queda. La que deja huellas. La que nos da forma. La que nos hace ser quienes somos. Signifique eso lo que signifique.
La lluvia desdibuja el paisaje. Las gotas se precipitan por el cristal en trayectos caóticos e impredecibles. La humedad lo impregna todo, le da un aspecto acuoso y distante a los objetos. Me dejo caer con cada gota y me estremezco cada vez que una impacta. Ojala estuviese ya camino de otra parte. Me apremia la prisa anhelante que proporciona la certeza. Las gotas siguen cayendo. Llueve, indiscutiblemente, eso es realidad.
Luz
Este comentario, en si mismo, es una entrada. Digno de aparecer como entrada, pues es Literatura pura. No unas líneas cualquiera, sino toda una reflexión, bella reflexión, entroncada en lo mejor del hecho literario. Aquí hay una página escrita con el nivel que todo autor espera encontrar en una réplica, y que va más allá de una respuesta.
ResponderEliminarUna página literaria, para algunos de nosotros, es una página de vida. La lluvia desdibuja el paisaje, pero nunca borra el contenido de los libros, aunque pueda humedecer y acartonar las cubiertas. Ese título, "La dulce mentira de la realidad" nos lo dejó otro compañero en custodia. El resto del libro, de cada libro, lo vamos haciendo nosotros. Este comienzo del tuyo es realmente espléndido. Una huella en tu diario de navegación que es Literatura de la mejor. Y esto, en un blog literario, que pretende ser literario, se agradece profundamente. Si, "no hay nada más relativo que la realidad". La humedad, este Otoño, camino del invierno, lo impregna todo. Los cristales, el espacio donde se quedan las palabras, la vida. Pero eso también alimenta la esperanza y conserva el sueño interior de nuestra identidad.