Y, como hacer fotos, un modo de agarrar el instante, de conservarlo, de hacer que el pensamiento no se pierda en el aire. El aire está lleno de pensamientos. Toda la Historia de la Humanidad contenida en la luz y la oscuridad de los siglos. Algunos creemos que somos nuestros propios renglones, nuestros cuadernos y líneas escritas. Es una suerte, una inmensa suerte, ser capaces de trasladar a esas líneas dibujadas las sensaciones y emociones que acumulamos.
Pero la mayor suerte es ser capaces de mirar primero. Sin mirada no hay transcripción. Sin mirada no hay camino. Ni memoria.
Pues yo estoy en esto casi que totalmente de acuerdo contigo Emilio. Es decir, que sí a la totalidad de lo que dices, y por ende debería estarlo también con la totalidad de lo que no dices. Pero en eso me fallan las cuentas, no sé por qué. Quizás porque lo no dicho se desparrama más allá de lo inabarcable; y eso es mucho. Por eso digo "casique", que nadie lo confunda con "cacique", que no van los tiros por ese lado. Aunque lo más importante de esto es que estoy/estamos codo con codo, en el camino de ver. Ciegos de palabras, con nuestras oscuras gafas de ciegos. Ciegos de imágenes, con nuestras cámaras de fotos que miden lo que miden, sólo luz. ¡Jo!
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya veo que vuelves con las pilas cargadas.
Ya sabes cuánto coincidimos en eso de la mirada, admirado amigo
ResponderEliminarMis dos grandes y queridos amigos... es bueno estar en el camino juntos. Ir a hacia... pero venir desde. Santiago y Enrique... solo puedo agradecer a la vida que dos escritores como vosotros forméis parte de mi vida. Siempre supe elegir.. aunque no sé si he sido yo quien os eligió a vosotros o vosotros a mí. Lo cierto es que, pese a que soy un tipo solitario ( aunque nadie lo crea ) estoy feliz de compartir ese camino con vosotros. Ayer estuvimos los tres juntos, por cierto, trabajando y luchando por uno de nuestros proyectos. Que siga siendo así. Y que la vida, el resto de la vida, nos depare suerte. Sabéis que os admiro a ambos. Si así no fuera no podría quereros. Un abrazo y gracias por poner unas líneas a la entradita de David Nihalat... y mi pequeño texto de reflexión.
ResponderEliminar