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viernes, 4 de marzo de 2011

IMAGINACIÓN Y MEMORIA

La suerte de poder imaginar es que convertimos la irrealidad en realidad. Todo lo que pasó y ha sido permanece, mezclado con lo que pasó, aunque no haya sido. Siempre he pensado que los personajes de todos los relatos y todas las novelas son tan reales o más que sus autores. Ese camino de descubrimiento de las sensaciones que discurre entre la mente y el corazón siempre tiene destinatario.

Aunque no lo conozcamos. O esté oculto en el misterio de ese universo que fue de papel y ahora es de aire. Ambos son la memoria. Y la memoria, propia o ajena, es el testimonio de todas las historias. Esas que nos permiten que la añoranza o la nostalgia sean siempre un motor, no un baúl cerrado.

19 comentarios:

  1. Supongo que la vida está en construcción permanente. Nunca sabemos cuando vamos a finalizar el edificio, ni cuando vamos a cambiar de habitación. Tenemos una ligera idea de que, si el tiempo nos respeta - lo que es cuestión de probabilidad y suerte - llegaremos al final del viaje con alguna memoria de lo pasado y alguna esperanza de permanecer. Yo creo, como dice Cortazar, que cada uno vamos elaborando nuestro álbum de fotos. Ojalá, cuando nos desalojen - sin nuestro permiso, que le vamos a hacer - de la existencia, ese álbum nos pueda acompañar. Y contenga imágenes que hayan hecho que el trayecto merezca la pena.
    La escritura, finalmente, crea también memoria. No todos los sucesos tienen que ser reales. Ni todos los sueños ser imaginarios.

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  2. Nada sale de la nada,no puedes llorar si no conoces las lagrimas,no puedes reir si no conoces el significado de la risa,todo lo imaginable existe porque ya vivistes lo imaginado,ha de haber verdad en los cuentos,ha de haber emoción en tus escritos para sentirme identificada y para eso, tú has debido de sentir la emoción,si yo no tiemblo cuando creo, no te puedo pedir a tí que tirites.
    Tú lo consigues.
    MARINA.

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  3. Precioso comentario, Marina. Y preciosa reflexión. Muchas gracias, y bienvenida a mi blog.

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  4. Somos un compendio de todo lo aprehendido, de todo lo vivido, de todo lo perdido...experiencias, recuerdos, sueños...forman nuestro verdadero “yo “ que, inevitablemente, se proyecta en todo lo que hacemos y que a su vez reinvierte en nuestro ”yo” en un círculo constante.

    La escritura, al menos como yo la entiendo, no es ajena a este proceso. Es un diálogo interior iniciado por algo que me emociona, me perturba... y que utiliza la imaginación para salir al exterior. Nada de lo que escribimos nos es ajeno. Escribimos verdades, no hay engaños...es nuestra vida.

    “ Y la memoria, propia o ajena, es el testimonio de todas las historias. Esas que nos permiten que la añoranza o la nostalgia sean siempre un motor, no un baúl cerrado.”

    Hermosa reflexión, Emilio, muy hermosa...gracias por compartirla

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  5. Zipi, Zape, Mafalda, La Pantera Rosa, Coco, la abeja Maya, Willy Fog, Mortadelo y Filemón, Don Quijote, Sancho Panza, Monalisa y Dulcinea, Speedy Gonzalez, la rana Gustavo, Epi y Blas, Petete...

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  6. "Escribimos verdades, no hay engaños...es nuestra vida" Sí, incluso en un poema en que, aparentemente, todo es imaginado, o en un cuento, una narración, una novela, con personajes de ficción, aquél para el que la Literatura es su identidad, está él. Si, he querido decir que la escritura es también memoria...y que la memoria es nuestro registro de vida. Por ello todo queda en un Archivo. En mi libro, Diario Despertar, todo esté en un poema que se llama precisamente así, "Archivo", uno de mis poemas más queridos.
    Gracias por entenderlo, Marí Carmen.

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  7. Y, según el tiempo vivido, todos podríamos añadir más personajes...Son nuestros amigos y compañeros de descubrimientos, nuestras primeras referencias. Añado El Capitán Trueno, Dick Turpín, Robinson Crusoe y todos los personajes de Julio Verne...añado dibujos, imágenes...los textos los hemos ido fijando después...sí, larga lista que guarda la memoria...y el corazón de los que fuimos...y seguimos, de alguna manera, siendo.

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  8. Hola Emilio,

    Siempre me maravilla descubrir que existe un poso de realidad en todo lo que ficcionamos, que la forma de vencer los miedos, de soportar el aburrimiento de la rutina diaria es contarnos un cuento y contárselo a los demás.
    Es un cóctel que a mí me funciona y que me libra de acudir al psicólogo. Y espero que algún día me paguen por ello.

    Un abrazo.

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  9. El mayor cuento de todos, Jose Antonio, es la propia vida...un cuento con claves muy concretas y abstractas a la vez: nuestros conocimientos, nuestros códigos...pero todos intentamos que tenga un final feliz...o varios finales felices. Mientras tanto, con palabras escritas - y más por oficio que por beneficio en la mayoría de los casos - hilvanamos nuestras letras a la gran historia general para contribuir a ella con unos renglones que, al menos, leamos ( y con ello podamos sentir la afirmación del espejo) nosotros o nuestros allegados. Allegados es una palabra que engloba mucho. Los que queremos, nos quieren, o a los que llegamos con nuestros pequeños intentos literarios. Aquí ver la Teoría de Círculos. Un fuerte abrazo.

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  10. Dices, querido Emilio, "Siempre he pensado que los personajes de todos los relatos y todas las novelas son tan reales o más que sus autores".
    No sé cómo somos de reales, ni nosotros ni nuestros relatos y sus personajes. La realidad es un abstracto impreciso y subjetivo, sin límites concretos. Pero seguro que tienes razón, la razón certera que te confiere tu mirada clara y con el buen criterio de siempre y perspectiva. Pero permíteme que exprese mi convencimiento: Nuestros relatos y nuestros personajes serán siempre más universales -al menos en el tiempo- que nosotros. El pálpito del autor algún día dejará de existir. Ley de Vida. Su obra, por modesta que sea, le sobrevivirá. Alguna muestra de su creatividad quedará en poder de quien le suceda. Esa muestra, física y etérea habitando en el mundo de las memorias, subsistirá. Y si el autor tiene el privilegio de ser un Cervantes, un Miró, un Picasso..., sus personajes y sus escenarios vivirán siempre.

    Me alegro haberte encontrado. Un abrazo.

    Alex

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  11. "Nuestros relatos y nuestros personajes serán siempre más universales -al menos en el tiempo- que nosotros. El pálpito del autor algún día dejará de existir. Ley de Vida. Su obra, por modesta que sea, le sobrevivirá" Esta es la gran verdad y nada lo expresa mejor que tus palabras.
    Pero, además, otro tema apasionante. La obra, en nuestras manos, también es memoria de nosotros mismos...e identidad, mientras vivimos. Estamos tocando nuestra propia realidad. Y esa permanencia que tanto anhelamos, no solo del futuro sino también del pasado, está en las páginas escritas, si somos escritores. Lo que somos, lo que fuimos...e incluso, como tú dices, lo que seremos. Ya ves, un objeto, algo aparentemente menos vivo...es la vida misma. Porque la diferencia de la vida humana es el pensamiento, la palabra, la capacidad de fijar el instante con ese código maravilloso que es el lenguaje escrito. Un enorme abrazo.

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  12. La memoria de los deseos es la que alimenta los sueños y hace que permanezcan.

    Imaginación y memoria, una combinación maravillosa para situar nuestro tiempo donde más nos plazca.

    Emilio, con tu magnífica entrada, tratas con sensibilidad ese mundo de fantasía que tanto me gusta. FELICIDADES.

    Besitos. Mila

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  13. Las imágenes se concretan y tienen existencia más allá del momento de su emisión. El ser humano tiene una mente tan compleja e irradia tanta energía que las sensaciones y sentimientos son capaces de saltar sobre el tiempo y la distancia. Afortunadamente aún no sabemos ni siquiera quienes somos, ni lo que somos. Eso que llamamos imaginación es una especial capacidad de percepción. Simplemente, va más allá de lo concreto, más allá de lo que todo el mundo llama realidad. Gracias, Mila, por tu bonito comentario.

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  14. Emilio, la memoria-riqueza y variedad de experiencias y sensaciones acumuladas por el ser humano- y la imaginación-lo no vivido y no visto capaz de hacer que el ser humano sienta lo irreal como si fuera lo real deseado- acaso estén unidas por la creatividad que se imprime a cualquier proceso- la escritura, la pintura, las relaciones humanas,…- mediante el cual establezcamos un puente entre el pasado y el futuro que nos permita permanecer en él mismo el tiempo suficiente para sentir unas sensaciones placenteras que nos permitan divisar con optimismo el porvenir.


    Un abrazo.

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  15. Qué buen comentario, Alicia...pensaba, después de la entrada y el "coment" primero que la complementaba...que estaba casi todo dicho ...pero he visto que no. Los comentarios han ido enriqueciendo lo escrito han ido creando nuevos matices. Estoy encantado con todos ellos...y con el tuyo en particular. Porque, además, has dado un toque etimológico de necesaria exactitud y una buena derivación a modo de corolario. Muchas gracias...un abrazo.

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  16. Vine a darte las gracias por tu comentario que me ha servido para descubrir que la susodicha poesía es una critica parodiada.
    Ahora comprendo mejor el sentido de la autora y su rocambolesca poesía.
    Saludos y gracias

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  17. Gracias, Marian. Aunque lo valiente, lo digo por los otros temas de la autora, no quita lo cortés...En cualquier caso me alegra haber contribuido a dar un visión distinta del asunto. Te agradezco mucho, pero mucho, tu comentario, que te ennoblece, independientemente de otras cosas que, como no he asistido al Encuentro, seguro que se produjeron. Tu labor por el bien de la Poesía es notoria. Espero asistir yo, alguna vez, a algún encuentro y poder dar mi visión personal del fenómeno literario, cada día más complejo y más dífícil. Un saludo muy afectuoso.

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  18. Y bueno, se trata de vivir la vida y no que nos viva. Entonces si, memoria, realidad, archivos, álbum de fotos, nosotros, el/los destinatarios y un baúl bien lleno que dejar, abierto, claro.

    Saludos muchos.

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  19. Es lo que nos quedará al final, como dice Cortázar, un albúm de fotos...ojalá nos haga sonreír y pensar que la vida ha merecido la pena. No todos pueden decir lo mismo, desgraciadamente...Saludos más.

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