domingo, 27 de enero de 2013
"En los millones de años de la vida - la eternidad - que a unos les queden dos vueltas del camino o dieciséis es completamente irrelevante. Lo único que importa es ser conscientes de cuales son las vueltas que nos convierten en seres infinitos y cuales no. Infinito no en el término de duración, sino de intensidad" (David Nihalat )
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Una más de David. Hay quien dice que soy yo, pero no es así. A veces se produce una identificación absoluta entre el pensamiento de algunas personas, y más si son buenos amigos y se conocen hace tiempo, como David y yo. La realidad es que él vive en Australia, en Adelaida, en cuya Universidad da clases, y yo en las antípodas, en Madrid. Lo que sucede es que, hoy día, la comunicación escrita es instantánea y las distancias, a veces, no se notan. Gracias, David, pon enviarme tus cosas. Que son las mías, las hago mías, en tantas ocasiones. Nos vemos pronto. Saludos.
ResponderEliminarSería algo así como lo que decía Tagore, ¿no?: "No ganarás por lo que seas sino por ser lo mejor de lo que seas; que nuestra meta, nuestro infinito particular, sea convertirnos en lo mejor que podemos llegar a ser.
ResponderEliminarSupongo.
Un abrazo, querido.
Eso ya es mucho, Vi, ya es mucho. Saber quienes somos y lo que podemos ser. Que por nuestra parte no quede. Usar nuestras potencialidades - las que creemos o sabemos que tenemos - aprovechar los dones, si alguno hay, y empujar el barco para navegar. Si es posible entendiendo que, en este viaje, no vamos solos. Y que hay que atender al rumbo, pero también a la tripulación. Solitos poco viaje haríamos. Vamos, ni pan podríamos tomar. Otro abrazo para ti.
EliminarPues yo no entiendo nada, ¡hip! de este texto tan críptico señor Emilio Nihalat.
ResponderEliminarLo siento, pero, ¡hip!, es que no llego. ¿Le importa que le pregunte a su amigo David Porta?
Será este vino barato que me han colado por añejo.
Iacob el viejo, ¡hip!
Señor Iacob :-) Como somos amigos gracias al puente de amistad común con el Señor Solanus voy a aceptar su falta de entendimiento. Es curioso lo que el vino puede hacer en una mente brillante como la suya. Brillante e inteligente, a pesar de su falta momentánea de entendimiento. Mañana pensaba ver a nuestro amigo común Solanus y ponerle a usted a caldo...pero claro, eso del caldo a usted le encantará, dado el hip que le abandera :-) Bueno que sepa que me encanta que se acerque usted por aquí, incluso para no entender lo que dice mi amigo David. En su delirio etílico incluso confunde nuestros apellidos...en fin, Iacob, no sé siquiera si explicarle el texto...hasta que se serene. Un abrazo, en cualquier caso.
ResponderEliminar(Aviso a navegantes: somos amigos y esto es un juego)
“Infinito no en el término de duración, sino de intensidad”
ResponderEliminarCómo me alegro siempre de encontrar pensamientos de David Nihalat, máxime, si son como este. El infinito como término de intensidad… Una apuesta interesante y sobre la que tod@s deberíamos reflexionar. Tal vez de esa manera entenderíamos que lo verdaderamente importante de la vida no es el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la muerte, sino los momentos, los instantes… y la intensidad con la que vivamos cada uno de ellos, que es lo único perdurable.
Gracias, Emilio, por acercarnos los pensamientos de David. Hace mucho que no viene a visitarnos, supongo que estará atareado. Transmítele mi más caluroso saludo.
Besos y abrazos para los dos.
Se lo transmitiré, Mari Carmen, se lo transmitiré. David es como un hermano para mí. No un hermano gemelo o superpuesto, como insinúa Iacob, pero sí alguien totalmente identificado conmigo. Pessoa y Alvaro de Campos nunca fueron el mismo, por mucho que algunos así lo creyeran. Pessoa jamás lo aceptó.Por mi parte soy un apasionado lector y amigo de Pessoa y también de Alvaro de Campos y debo decir que la realidad, no la valoro como parece, sino como aparece. Gracias por tu comentario, tu aportación crítica, siempre valiosa. Y por estar siempre ahí.
EliminarEn cuánto a ud. señor Iacob Shilenuss, jamás se me ocurriría decir que usted y Santiago Solano son la misma persona. Porque no es verdad.
ResponderEliminarTodos somos la misma persona y distinta persona-lidad a la vez, toda vez que cada cual es sólo una mini fracción del yo universal, que habita en esos millones de años de la vida de los que usted habla; de la eternidad sí.
ResponderEliminar¡Jo!
Iacob el joven.
Gran verdad. Este comentario sí que me gusta. No imaginas cuánto. Es un pensamiento profundo, que va más allá de la formulación clásica del panteísmo y que añade a esta entrada una derivación muy, pero muy interesante. Podríamos seguir...sin duda. Lo relativo de mi concepto de verdad me hace que no haga una apostilla sobre el concepto de personalidad, un concepto que llevaría a un debate aparte sobre el tema sujeto-objeto, verdad-mentira, percepción de lo real y lo que llamamos irreal ( fantasía), que no es tal...En fin, amiga y amigo, es todo tan complejo y tan simple a la vez cuando se acepta que somos prisioneros del lenguaje y, a la vez, pilotos y viajeros del mismo...y con el mismo...Saludos y gracias por este magnífico comentario.
EliminarSi logramos ser infinitos en intensidad, las vueltas que hayamos dado o las que nos queden por dar en este mundo que nos ha tocado vivir, carecen de importancia. Lo realmente relevante es saber que en esos giros vamos dejando una impronta de peso: algo así como huellas que identifiquen nuestro nombre.
ResponderEliminarEstas reflexiones -tan de tu amigo David Nihalat-,además de hacerme reflexionar, me chiflan. Felicítale de mi parte.
Pues no sabes, Mila, lo que me gusta que los pensamientos que compartimos David y yo te gusten y te ayuden a reflexionar y, espero, que a caminar mejor. Felicitado está David, ya que el entra con asiduidad en el blog. Besos.
EliminarLa eternidad como concepto de tiempo y la infinitud de espacio.. los has aunado de modo magistral.
ResponderEliminarUn abrazo
En este juego de palabras de la escritura la correspondencia de los conceptos es esencial para el entendimiento...y, a su vez, la libertad de utilización nos permite el enriquecimiento de la experiencia de la lectura y su valor como vía de conocimiento. Gracias, Carmen.
EliminarHacía tiempo que no pasaba por su página, Don David: ¡lo que me pierdo!. Si me perderé que hasta he encontrado por aquí a Don Solanus, perdón, a Don Shilenuss! (así: con hache y con dos eses), que eso si es una sorpresa, aunque venga con el cartón de Don Simón bajo el brazo.
ResponderEliminarEl caso, David, es que esa consciencia de la que hablas, es lo único realmente hermoso que he encontrado en la vida: Crecer en los seres que somo, más allá de las ataduras que esta maldita "involución" nos ha proporcionado.
Hermosa reflexión.
Pues pásese más por ella, por la de Don David, claro. La verdad es que he acostumbrado mal a Nihalat, de tanto poner cosas suyas. Mira que me dice:"Port, somos amigos, pero no hace falta que llenes tus blogs con mis cosas...si yo estoy bien así, en el anonimato". Pero no le hago demasiado caso, es la verdad. Y, al final, David Nihalat termina por ser alguien superpuesto. Pero en fin, como tú sabes bien, él continúa en Australia, dando clases en la universidad...
EliminarPor cierto, me ha encantado tu comentario. La dialéctica - algo fundamental en la vida - lleva, de todas formas, a que la propia evolución conlleve algún tipo de involución :-)
Hola Emilio:
ResponderEliminarComo bien dice David, y una amiga mía,
En un instante
los momentos eternos
desaparecen.
Todo es cuestión de saber prolongar los instantes, después de todo ¿qué es el tiempo?.
Un saludo
La respuesta, en el comentario subsiguiente :-)
EliminarEl tiempo, como dice, esa canción arrabalera y tanguista, no es nada. Pero cuenta. Claro que, en un plis plas, nos ponemos en la otra eternidad. Esa sobre la que no podremos hacer ni ensayo ni poesía. Qué pena. Y qué bien a la vez. De esa forma dejaremos de darle vueltas a tantas cosas...Sí, en un instante los momentos eternos desaparecen...y la eternidad aparece. Ninguno podremos, entonces, contarlo, supongo. Aunque hay gente con poderes y vaya usted a saber de lo que son capaces. Yo, algunas veces, creo que Kafka y Pessoa me hablan...
ResponderEliminarTe agregué o enlacé, come se llame, en mi blog. No quiero perderme nada de lo que escribes. Espero que no te moleste. Gracias.
ResponderEliminarSalud
Encantado, de soslayo :-)
EliminarLa intensidad nos hace dar varias vueltas en la misma vuelta.
ResponderEliminarMe recuerda al éxtasis de los derviches.
Un abrazo
He visto a los derviches en Estambul...y a mi también me lo recuerda. Saludos, Ricardo :-)
EliminarTrascender más allá del olvido y echar la vista atrás... intensamente, vale.
ResponderEliminarSalud
Circular, de soslayo, circular...
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