"EL TIEMPO ES COMO UN VIENTO CONSTANTE QUE ARRASTRA LA MEMORIA Y LOS DESEOS.
UN VIENTO INMISERICORDE QUE SALTA SOBRE LA VIDA Y DESTRUYE TODAS NUESTRAS BARRERAS"
El tiempo, depredador y usurero, jugador de ventaja, violador de todos los sueños.
Página de creación literaria del escritor Emilio Porta.
Es la primera vez que repito - con diferente titular y forma de expresión gráfica - un pensamiento en mis dos blogs. Y al mismo tiempo.
ResponderEliminarNo es por falta de ideas, ni sensaciones que me remitan a distintos textos. Es por no dividir la acción, el pensamiento. Este tocaba a toda pantalla. No estoy seguro de que todos mis amigos/as entren en ambos espacios. Es como en algunos cines de mi infancia: había doble sesión. Qué maravilloso era quedarse en la oscuridad de aquellas Salas, con la luz de las imágenes en movimiento, el sonido y la música, absorber todo, dejarlo reposar en la memoria, y pensar que el cine era la vida.
Trancribo lo esencial de un comentario, sobre este texto, realizado por Manuel Martínez-Carrasco en mi otro blog, ESPACIO PERSONAL, y de mi contestación. Puestos a hacer entrada doble, al menos en el inicio, reflejemos las pintadas en este doble muro.
ResponderEliminar"El tiempo es la medida de las cosas perecederas", solo eso.
No lo olvides. Frente a lo eterno el tiempo no existe ( Manuel MTC)
Magnífica frase, Manuel. Tomo buena nota de ella. Solo me falta ahora convencerme de que no somos cosas perecederas ( E.P)
He aprendido a considerar al tiempo como un aliado, no un enemigo.Él me permite seguir acompañándole y disfrutando de lo que me da y yo he prometido no quejarme de su paso y agradecer su existencia. Es un pacto de SUPERVIVENCIA..
ResponderEliminarBesos, Emilio... me gustan tus reflexiones...
Sí, hay que hacer que sea así. Porque si entramos en guerra con él la tenemos perdida. Que al menos le ganemos alguna batalla.
ResponderEliminarAunque sea solo un marco ficticio, una ilusión, una medida, como dice Manuel, no deja de ser lo que delimita nuestra existencia, la conciencia de nuestra existencia. Es una referencia inexcusable que también nos permite ordenar el sentido de las cosas y guardar, en sus resquicios, nuestra identidad.
Para ser una convención, hay que ver, Carmen, lo que deja a su paso. M´agrada molt, que dirían en Cataluña (no es una defensa de ésta lengua, que tambièn - compartida y no excluyente - sino que suena muy bien así) que te gusten mis reflexiones. A mi me gusta que las acompañes. Otro beso para tí.
Entonces Orzeán no tiene tiempo...
ResponderEliminarSaludos muchos, Emilio.
Querido Emilio, ¿ y si en lugar de ver el tiempo como algo finito que se puede dividir en infinitos segmentos temporales, como le decía a David en tu otro blog, fuera circular?
ResponderEliminarEL CÍRCULO
El tiempo avanza moldeando los bordes de una existencia frágil y quebradiza mientas la memoria, en un lento retroceso apenas perceptible, retorna a lo que una vez fuimos: la nada.
El reloj adapta sus formas a los pliegues del embrión. Un reloj, un corazón. Tic-tac. Tic-tac. Tic... El círculo se cierra.
Principio y fin de toda existencia.
Magnífica reflexión, Emilio, quizás debamos pensar no en lo que el viento se llevó, sino en lo que nos dejó. Quizás no sea tan inmisericorde...
Besos y un fuerte abrazo.
Afortunadamente, Luna, Orzeán, de momento, está fuera del tiempo. Pero el tiempo es muy tenaz. Es capaz de intentar cambiar las percepciones y las sensaciones que habitan en nosotros. No siempre, no todas, afortunadamente.
ResponderEliminarNo pensaba yo que el tiempo fuera tan insistente. Solo había oído hablar de su persistencia. Saludos más.
El tiempo no se lleva todo, MC. El tiempo también nos deja cosas importantes en la geografía de los sueños. Sí, seguramente, es circular, o nosotros podemos hacerlo circular. Porque, de otra forma, daríamos la razón a Scarlet O´Hara jurando que no volvería a pasar por las circunstancias pasadas. Ese juramento - imagen mítica en la cinematografía universal - es un bonito acto de voluntad, un acto de rebeldía, en ese caso. Seguramente el viento sonrió, en ese momento, y no se puso tan trascendente como, aparentemente, es mi entrada. Que no lo es. Porque todo, finalmente, es un juego. Incluso la escritura, las cosas que nos parecen definitivas, la vida que creemos que responde a nuestras intenciones. Todo pasa, nada es fijo, inmovil, es cierto. Pero hay cosas que siempre permanecen en nosotros porque conforman nuestro ser. Cosas que se quedarán siempre a nuestro lado porque forman parte indisoluble de nuestra identidad. Es curioso, esta noche, precisamente, no me apetece dejarle el campo libre a la la nada.
ResponderEliminarSe dice que nada es fijo, inmóvil, y que las cosas no son definitivas. Yo creo que sí, son definitivas. Las cosas que han pasado y pasarán no mueren, están allí, las cosas constituyen nuestro ser. Nosotros somos realmente el tiempo. Nada tienen que ver la velocidad, ni la distancia, ni la luz, ni la oscuridad. Nosotros somos inmutables, como nuestras cosas, nuestras experiencias, nuestros errores, nuestros triunfos, nuestras edades. Y nuestro tiempo nos parece eterno, y lo es, porque nosotros somos el tiempo. Nosotros no acabamos. Lo que hemos sido y lo que seremos constituyen nuestro tiempo y ese tiempo lo será para siempre, es decir, eterno. Esto parece un juego de palabras, pero creo que somos como una lámina de cristal en que se talla nuestra vida y allí permanece, inmutable, eterna. Y nosotros somos los artífices de esa lámina. Como tú dices, allí quedarán las cosas que conforman nuestro ser, y somos nosotros los que producimos esa identidad eterna.
ResponderEliminarComentario en altura...y profundidad, Fernando.
ResponderEliminar"Las cosas que han pasado y pasarán no mueren, están allí, las cosas constituyen nuestro ser. Nosotros somos realmente el tiempo" Es un lujo tenerte como amigo y también como contribuidor, que no contribuyente, a que esta entrada adquiera una nueva dimensión. Precioso - además de inteligente y lleno de sensibilidad - comentario. Algo más que hacemos en conjunto este año, tan lleno de recuerdos. Un fuerte abrazo.
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ResponderEliminarBrevedad
Acaso
la magia de la vida suspira,
y el tiempo acuna
dos lágrimas que no lloran.
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Me gusta que un texto corto se comente con un poema breve. Es original. Y, en este caso, además , bello.
ResponderEliminarEl tiempo es algo que nos está sucediendo sin parangón, algo que nos precede y que indudablemente nos sobrevivirá. Muy bonito tu poema y muy acertadas tus reflexiones. Te escribo este comentatio, porque te he visto por netwriter y ésta tu página personal. Me he sentido un poco identificado y me gustaria poder seguir tus andanzas blogueras pues pienso que con ello puedo aprender mucho. Saludos.
ResponderEliminarNada me alegra más que hacer el camino con personas que comparten horizonte y paso. Gracias por tu comentario, Jose Antonio y por unirte al viaje. Lo importante no es solo lo que se pone en una entrada, sino la interacción que se produce cuando leemos cosas de otros. Un comentario no deja de ser una estancia compartida, un ir más allá y en compañía. Cuando se comparten sensaciones e ideas, la compañia es, sin duda, la necesaria y adecuada. Aquí estamos y seguiremos, si la vida lo permite. No hay mucho tiempo, es cierto, para nosotros...pero Cronos tiene toda la maleta llena de él. Aprovechemos los pequeños huecos que nos deja.
ResponderEliminarUn saludo con todo afecto.
Voy a hacer un comentario general, dirigido a todos. ¿Sabéis por qué me gustan mis blogs y los vuestros, cuando tengo la fortuna de encontrarme con algo que me mueve a pensar y sentir, y esto ocurre en la red en muchas ocasiones? Pues es muy sencillo. No tengo que salir a buscar la vida, no tenemos que salir a buscarla. Ella nos llama, nos dice, estoy aquí, aparezco. Solo tienes que encontrar un momento, un pequeño espacio y respirar. A mi, que me gusta tanto, a veces, la soledad física, me arrebata y me conmueve la compañía de los que escribís...porque en esas letras yo encuentro más que un compromiso (la palabra que quiero decir no tiene una correspondencia exacta en castellano, es "commitment" y significa una mezcla de compromiso y compulsión) bueno, pues eso...Y esa es la razón por la que no me cuesta nada contestar siempre. Y lo hago, cuando puedo, casi de inmediato. Porque, lo menos que se merece un acercamiento, decir "amigo, me he pasado por tu casa y me gusta tu ventana" es decir: " Y a mi me ha encantado tu tarjeta imaginaria de visita"
ResponderEliminarEl tiempo es una demostración de nuestro paso por la vida. Debemos aceptar su andadura, incluso disfrutarla porque jamás seremos más jóvenes que hoy. La memoria es como un libro eterno, en el que se van quedando grabadas todas nuestras viviencias y que no necesitamos leer para sumirnos en ellas en el instante deseado.
ResponderEliminarCreo que vivir es la mejor aventura del ser humano, a pesar de que el rastro que vamos dejando, a veces nos haga dudar.
Un beso.
Sí, Mila, vivir es la única aventura del ser humano. El futuro final solo es lo que nos llevemos puesto. La memoria, bien utilizada, es continuo presente. En realidad estamos creándola cada día. Y bueno, hace mucho tiempo que se que nunca seremos más jóvenes que hoy. Yo, si te digo la verdad, siempre he vivido ajeno a las convenciones y al tiempo. Un beso y gracias por tu comentario. Me hace ver que todavía no debo cambiar la entrada. Mantiene su validez.
ResponderEliminarEl tiempo, querido Emilio... ¿Qué es el tiempo? Es tanto y es tan poco. El tiempo es un cuento con un final perfecto, lo que no significa que sea un final feliz. Creo que es así porque cuando se llega a esa situación ociosa que nunca deseamos, intentaremos matar el tiempo como sea, quizá haciendo nada; será el momento en que el tiempo empiece a acabar con nosotros, así lo explicaba el escritor francés Alphonse Allais. Pero el tiempo tiene muchas definiciones, depende del instante y de las horas que nos queden en la faltriquera de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Alex
Mientras lo pensamos se nos va, Alejandro. Se va en su viaje y se va en sus paradas. Decimos que vivimos en la realidad y nada es más falso puesto que nosotros estamos delimitados por algo que sentimos pero que, según la ciencia, no existe. ¿Hay algo más irreal que una existencia enmarcada en una percepción que no se corresponde con una entidad física?. Será que todo lo que no sea analizar con respecto a esas percepciones concretas es un ejercicio inútil. ¿De que nos vale especular o incluso intentar comprender la totalidad, que es inaprensible, infinita? Lo único finito es el suceso y la cadena de sucesos que vivimos y que se define como vida. Decía Ortega que prefiere el término vida como biografía a como biología. Pues sí, Alex. Es lo único que sabemos es nuestro. Nuestra identidad enmarcada, los hechos que la conforman. Por eso creo que solo nos queda una: examinar todo a la luz de un proceso simple y complejo a la vez que nos enfrenta a lo que llamamos mundo y nos confronta a otras vidas. Algunas las compartimos en algún instante y otras se pierden en el inmenso mar de una Humanidad que sigue su derrota. Empleo el sustantivo en términos de navegación. Como sabes, en esa acepción, derrota es rumbo, y creo que es la primera vez que la utilizo en un texto escrito para significar dirección. Debe ser que, aunque luce el sol, algo me dice que la niebla es densa. Una niebla que cubre la tormenta perfecta. El tiempo, sí, el tiempo. De eso veníamos hablando. El juego de Cronos, la lámina en blanco que nos ponen al nacer y en la que cualquier dibujo, por bello que sea, termina por difuminarse o borrarse. Puede que no en lo que, en nuestro lenguaje, llamamos años, ni en nuestra particular travesía. Pero sí, al final, cuando el barco sigue su trayecto sin nosotros a bordo. Es por eso que hay que aprovechar las horas en cubierta. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarUltimamente una serie de personas, de escritores, estáis poniendo, aquí y en Netwriters, comentarios que interaccionan con mi escritura en general. Con vuestras aportaciones se enriquece todo y un texto mínimo pasa a convertirse en una entrada de ensayos en cadena, de reflexiones que conforman casi un seminario interactivo. He llevado, con variaciones mínimas, mi comentario a tu post, al grupo más de pensamiento de NW. Porque, al final, todo forma un corpus unitario, con diferentes ramificaciones. Este es mi blog y Netwriters es mi barrio. Y compartimos, además, ciudad, con Escritores en Red.
ResponderEliminarAhora que se acerca mi cumpleaños, tu texto cobra un sentido inquietante, pero aún escondo una carta bajo manga: lo que trasciende al tiempo por encima de todo es el cariño que pones en tus actos, por mínimos que sean. Es lo que nos diferencia de las bestezuelas y las alimañas.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Cariño contra el tiempo..." Mira, Jose, me parece un gran hallazgo. Algo en lo que no había pensado. La fuerza del cariño es, quizás, la fuerza más poderosa del ser humano. Está por encima de lo que llaman, a veces, amor. Cuando el cariño, fuerte, de veras, nace, es energía protectora. Y es impulso. A veces hay amor y cariño juntos. Entonces hay pocas cosas que nos puedan hacer daño.
ResponderEliminarSe, Jose Antonio, que hablabas del cariño que ponemos a los actos. Pero no hay actos que no estén referidos a conductas y, estas conductas, nunca están aisladas. Siempre están referidas a los otros, como finalidad o como referencia. Poner cariño en una cosa es personalizar lo que vivimos y hacemos. Un abrazo.
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