“Nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”
Ramón de Campoamor
La conocemos todos. Hemos crecido con ella...y la hemos convertido en una frase tópica. Y, sin embargo, es una frase fundamental para el entendimiento de la Humanidad, del mundo, para el respeto a la diversidad, a las ideas de todos. Es, junto la conocida frase de Ortega y Gasset “yo soy yo y mis circunstancias” uno de los conceptos que nos deberían acompañar siempre. Y antes que a nadie a los políticos, a los proselitistas de cualquier ideología, a los detentadores de esas verdades absolutas que, según ellos, no admiten discusión. Sí, deberíamos, al acabar el año, pensar si las palabras son más importantes en las preguntas o en las respuestas. Qué bonito sería dejar de dar lecciones a los otros sobre lo que es bueno o malo, lo que hay o no hay que hacer, quien tiene o no la culpa. Estaría bien que, para el próximo año, respetáramos más y pontificáramos menos. Que escuchemos antes de hablar. Y, sobre todo, que, lo que hablemos, sea para comunicarnos de verdad e intentar aportar algo a los otros. Es un buen propósito…pese a que algunos, al nivel de ciertos deseos, nos acompañe un cierto escepticismo.
Port
(Os paso el texto completo de Campoamor)
Busqué la ciencia, y me enseñó el vacío.
Logré el amor, y conquisté el hastío.
¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
la duda, nuestra eterna compañera!.
¿Qué es preciso tener en la existencia?
Fuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna.
Aunque tú por modestia no lo creas,
las flores en tu sien parecen feas.
Te pintaré al andar
la rueda de la vida::
Pecar, cumplir la penitencia
y, luego, vuelta siempre a empezar.
En este mundo traidor…
nada es verdad, ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.
(Ramón de Campoamor, de su obra Humoradas)
No es un poema perfecto, ¿verdad?...pero tiene sus cosas. A ver si, de algunas, aprendemos todos algo. Y empezamos el año sabiendo, como decía Pessoa también, que "no somos nada...pero necesitamos tener, al mismo tiempo, todas las ilusiones del mundo". Que esas ilusiones sean, en 2011, no sólo las nuestras.
ResponderEliminarQue sepamos ver. Y escuchar.
Esos si que son buenos deseos, Emilio. Sin embargo no estoy de acuerdo con estos versos de Campoamor ¡Quién de su pecho desterrar pudiera,
ResponderEliminarla duda, nuestra eterna compañera! Yo quiero seguir dudando toda la vida. Y, sobre todo, que aprendamos a ponernos en la piel del otro.
Un abrazo
Gracias por el "coment", Ana. Y creo que tienes razón. La duda, o mejor dicho, la incertidumbre, es el estado normal del ser humano y es consustancial al pensamiento y a la vida. Campoamor ha sido un poeta minusvalorado por la crítica, aunque muy apreciado a nivel popular en sus tiempos. Yo he puesto el poema completo como curiosidad, porque pocos lo conocen del todo, salvo la frase famosa.
ResponderEliminarEn la piel del otro es prácticamente imposible ponernos...pues tendríamos que tener sus características, su biología, pero en sentido figurado, que es el que manifiestas, evidentemente, es un gran deseo. Intentar comprender a los demás, aunque sin dejar de ser nosotros, y siempre que los otros sean ellos mismos y las circunstancias personales lo permitan.
Yo deseo que el año 2011, ya te lo he dicho en tu blog, sea el año en que todo tu valor literario salga, con fuerza, a la luz. Me encantaría ver un libro tuyo, con tus poemas y prosas, publicado, Ana. Aunque la publicación en tu blog ya sea una muestra espléndida de tu Literatura, y con más expansión y lecturas que el propio papel. Pero yo se que deseas ver tu obra también en forma impresa. Ojalá sea así y lo podamos celebrar todos los que nos consideramos tus amigos y los que valoramos tu trabajo literario, que somos muchos. Uh beso y feliz entrada de año.
Una gran frase, en apariencia sencilla, pero que habla de libertad, respeto, tolerancia...andamios sobre los que deberíamos sustentar la realidad, no solo para vivir, sino lo que es más importante para convivir.
ResponderEliminarCerramos un año y estrenamos otro con deseos y esperanzas renovadas. Pero también es momento de enmendar actitudes...y la soberbia, el ego son difíciles de superar. Espero que mi escepticismo se vea roto por tu hermoso deseo lleno de esperanza.
Besos y abrazos por el año que termina y para el año que comienza.
Feliz 2011
Yo también, espero, Mari Carmen, hacer borrón y cuenta nueva de todo aquello que no nos ayude a todos a vivir con más paz y armonía. Espero que, finalmente, la esperanza venza al escepticismo. Esa gran frase - de Campoamor - es buena para el análisis y para darnos cuenta de que nadie está en posesión de la verdad y que cada uno vemos la vida con una óptica subjetiva. Que 2011 nos ayude a ver mejor y, como dice Ana, con más comprensión.
ResponderEliminar"Estaría bien que, para el próximo año, respetáramos más y pontificáramos menos".
ResponderEliminarQuerido emilio: es, creo, el mejor deseo que podemos tener. Ojalá se acaben los salvapatrias, los dogmáticos, los que atropellan cualquier razón que no sea la suya propia.
Asi que el brindis que propongo es por la tolerancia y, con Ana, el de la sed de conocimiento en medio de nuestras naturales dudas y, con Mª Carmen, brindo para que la esperanza siempre supere al escepticismo.
Un abrazo lleno de cariño para tu noche primera de este año que va a comenzar.
Querido Manuel...qué magnifico brindis de resumen formulas. Es la condensación exacta de lo que el mundo y la Humanidad parecen necesitar. Menos comparación y competitividad y más tolerancia y solidaridad. Interacción en vez de competición. No somos nadie...y tú como médico, además de escritor y "pensador" bien lo sabes. Cualquier "soplido" del destino a destiempo, cualquier desajuste inesperado, nos pone fuera de la circulación. Mientras, aquí estamos e intentaremos vivir nuestro espacio y, en la medida de lo posible, compartirlo con los que saben compartir. Desde que la palabra servía para decir "mío" y pegar un empujón al semejante que buscaba acercarse a la comida que "pertenecía" al otro ha pasado mucho tiempo. Y, a pesar de tu escepticismo básico sobre la Humanidad y tantos sucesos ocurridos en estos siglos pasados que nos deberían avergonzar como seres humanos, pienso que la esperanza y el progreso irán en aumento. Ese es también tu brindis...y me alegra profundamente compartirlo contigo y con los compañeros. Eres un gran tipo, y, a pesar de tu inteligencia, sigues teniendo claro que, aún estando solos al final, el camino hay que hacerlo con los otros. Y que no hay cariño sin respeto - no el las formas sociales, que también, sino el profundo - a los demás.
ResponderEliminarQue el 2011 nos traiga eso también. Un abrazo.
Con el paso de los años he ido descubriendo que nuestra verdad no tíene porque ser la de los demás. Aunque a veces intentemos convencer al otro con nuestros argumentos. Cada persona es única y también su visión frente a la vida. Lo más importante entre las personas es la tolerancia y el respeto... saber escuchar y entender al otro... Creo que en 2011 asistiré a clase de todo esto.
ResponderEliminarBesitos. Mila
Creo que no deberías asistir a clase de esto sola, Mila. Deberíamos acompañarte la mayoría de la Humanidad. Sí,, es cierto que el paso del tiempo te da perspectivas diferentes de la existencia. Nos enseñaron unas cuántas "verdades" de pequeños y hemos tardado en darnos cuenta de que todas las verdades son relativas y, algunas, además, una gran mentira. Es bueno que, aunque tarde, lo comprendamos. Haríamos nuestra vida mejor y, además, no haríamos la vida imposible a los otros tratando de imponer nuestras "razones". Casi todo lo que se tiene por "verdadero" es, normalmente, cultural. Depende de donde naces, el entorno educativo...Yo creo que una sociedad tolerante es buena porque no mantiene dogmas en campos opinables y permite a cada uno vivir conforme a sus elecciones personales, aunque vayan contra la propia estructura social general, contra lo establecido ( el "establishment" que se dice normalmente)...En política, religión, y algunas cosas más, el dogmatismo ha hecho mucho daño al ser humano. Y pienso que en las relaciones personales, también. Te deseo lo mejor para este 2011 que acaba de dar sus primeros pasos. Un beso.
ResponderEliminarCuando tuve todas las respuestas me cambiaron todas las preguntas. Sin duda, aunque me pesen dentro, me quedo con las preguntas, no siempre se responden y a veces, nos pueden dar algún disgustillo, pero como dice Campoamor, todo depende del cristal con que se mira.
ResponderEliminaruna buena pregunta abre horizontes hacia una nueva realidad, una buena respuesta cierra un interrogante.
Lo mejor, coincido contigo Port, es preguntarnos y dejarnos escuchar, escucharnos a nosotros mismos, en ese silencio que cultivaste en tu convento de ficción, en ese silencio que obtenemos cuando nos fijamos en la sonrisa, en la ceja que se mueve del otro.
Qué seamos capaces de formular las más grandes preguntas para que las respuestas más simples, nos acerquen a la armonía.
un abrazo de 2011.
Nelken
Por eso es malo tener todas las respuestas, Nelken. Sobre todo porque no hay más que respuestas concretas a situaciones determinadas, útiles para caminar, pero sin valor absoluto para todos. Hay que acostumbrarse a vivir en la incertidumbre, sin que esto signifique vivir en la duda continua. Cada uno nos hacemos nuestra composición de lugar, a partir del conocimiento que tenemos de la vida - nuestra vida y alrededores - y de nosotros mismos. Con ese "cuadro" tratamos de caminar y tomamos decisiones, buscando esa armonía entre deseo y realidad que tu propones y, al mismo tiempo, intentando no equivocarnos demasiado en el intento de encontrar nuestra senda personal y destino. Es evidente que, no dando por sabido que todo lo sabemos, sentiremos que el viaje es más interesante...y menos frustrante cuando comprobamos que lo que a veces creemos que son verdades inapelables sólo son opiniones relativas y de un valor limitado, cuando no inútil.
ResponderEliminarEmilio, creo que existen casi tantos cristales de colores-o puntos de vista- como individuos, Esto es debido a que cada uno somos diferentes de los demás. Simplificando, acaso en exceso, podríamos distinguir entre los optimistas y los pesimistas. Las personas pesimistas interpretan la realidad desde la arista más negativa, y las optimistas perciben lo mejor de cada ocasión, lo que no significa que ignoren lo malo. El pesimista no sólo tiene el sufrimiento asegurado, sino que con su actitud difícilmente va a aportar soluciones constructivas a los problemas. En cambio, los optimistas tienden a vivir más felices y superan con más facilidad las complicaciones.
ResponderEliminarUn abrazo optimista.
Alicia...llevo unos días sin entrar en el blog y dejé la contestación para más tarde porque quería comentarte algo de forma precisa con respecto a la variedad - con la que estoy de acuerdo totalmente, acendrada, no sólo por razones biológicas, sino también culturales - y sobre la simplificación que comentas. En realidad los estados de ánimo tienen componentes químicos, como bien sabes. Las hormonas y determinados compuestos son los hacen que nos encontremos en...o pasemos de un estado a otro.
ResponderEliminarNo todas las personas optimistas son optimistas siempre...y tampoco las aparentemente pesimistas. Incluso las personas con depresión endógena diagnosticada, que son las que mantienen más tiempo un estado de ánimo decaído durante el cual todo lo ven imposible y sin solución, pues bien, incluso en estas personas hay momentos "mánicos" ( de exaltación ) y momentos "depresivos" ( de hundimiento). El cerebro, el cuerpo humano en general, es muy complejo, y las actitudes no se generan solamente por un acto de voluntad...sino por causas orgánicas en multitud de ocasiones. Dicho esto, que no disiente, en lo fundamental, con tu exposición, pero que si entraña una explicación, aunque algo "determinista", deberíamos pensar que en el equilibrio está la virtud y que ese equilibrio entraña para ser mantenido varias cosas, entre ellas, buena alimentación ( sin pasarse ) ejercicio sano, un trabajo u ocupación que nos guste... y estar contento con uno mismo y las circunstancias que nos rodean. Ah, y una cosa...ya sabes lo que dicen: un pesimista es un optimista bien informado, je, je. Es curioso pero hay una correlación entre la inteligencia y la "toma de conciencia" de los problemas. La actitud para enfrentarse a ellos es lo que crea diferencias.
Y aquí va mi diagnóstico de Alicia Uriarte: Optimista, con conciencia de que los problemas existen, pero que no podemos dejar que nos arrastren.
Un abrazo consciente.
Emilio, está claro que tú eres dueño de la palabra. Sabía que iba a tener una respuesta muy sustanciosa por tu parte. Efectivamente, había simplificado en exceso. Es tal verdad todo lo que dices que te diré que "nuestro" talante es el resultado del "yo y mis circunstancias" de cada uno. O sea que han colaborado todos y todo lo que nos rodea. En mi caso, considero que he tenido casi todos los boletos para lograr el equilibrio del que hablas, acaso me tenga que venir arriba-y ya lo hago por hábito-debido al trabajo que llevo a cabo. Recuerdo una anecdota de hace unos diez años y que cuento muy a menudo. Era uno de esos días torpes y rancios. No me encontraba bien ni físicamente-acabé en quirófano-ni de estado de ánimo. Estaba en un curso de tercero de secundaria a última hora de la mañana explicando las teorías del átomo. Pasaban del tema y me enfadé con los alumnos. Les solté una chapa que ni te cuento. Oí susrrar a uno de ellos "pobres de sus hijos". Esa tarde en casa, con uno de mis hijos también tuve enredada dialéctica de tono elevado y en un momento de retirada sólo murmuró "pobres de tus alumnos". Creo que no he olvidado esa lección. Emilio, cuando se intenta enseñar jamas se deja de aprender.
ResponderEliminarPor otro lado te diré se vive mejor con la sensación de saber que, si en algún momento algún problema te arrastra, tienes una mano que te va a agarrar para intentar impedirlo.
Un abrazo con optimismo.
Genial la anécdota de tu hijo y tu alumno, je, je...Sí, el "yo y mis circunstancias orteguiano", es uno de los conceptos más universales que conozco. Y, en esas circunstancias, además de las biológicas y culturales, de las que hemos hablado, y de las "estructurales" ( trabajo, economía, salud...) falta una exterior muy importante: el clima. No es lo mismo el invierno que el verano, ¿verdad?.
ResponderEliminarPues efectivamente no es lo mismo. Ahora que todo se puede ir llevando y a los hechos me remito-pasa por La nieve cuando puedas-. La cuestión es intentar pintar los mejores diás del invierno con tonos cálidos de verano y los sofocantes del verano maquillándolos de tonos frescos de invierno. Ese se consigue huyendo a la naturaleza-al fin y al cabo creo que es lo que hiciste con Corales-. Creo que la observación de la misma y las leyes que la rigen nos dan muchas pistas sobre el rumbo a seguir aportándonos al mismo tiempo un empuje para continuar abriendo caminos.
ResponderEliminarUn abrazo.
"La cuestión es intentar pintar los mejores diás del invierno con tonos cálidos de verano y los sofocantes del verano maquillándolos de tonos frescos de invierno"
ResponderEliminarMuy bonito, Alicia, muy bonito. Gracias por la referencia a Corales...un beso.
"¿Qué es preciso tener en la existencia?
ResponderEliminarFuerza en el alma y paz en la conciencia.
No tengáis duda alguna:
felicidad suprema no hay ninguna."
Pues una estrofa menos conocida del poema de Campoamor que añade a su sonoridad un pensamiento, sin duda, lleno de contenido. Gracias por tu visita y tu comentario. Esta es tu casa.
ResponderEliminarPor cierto, eres la primera seguidora de mi blog desde Brasil, un precioso y gran país. Muito obrigado.
ResponderEliminarQué alegría encontrarte por aquí, Emilio, y además con trabajos tan interesantes. Un abrazote
ResponderEliminarQuerido Juan..tú si que me has dado una enorme alegría con tu aparición. De vez en cuando entro en vuestra maravillosa revista y plataforma cultural, Raíces de Papel, pero es cierto que, pese a nuestra buena amistad, hace tiempo que no nos vemos personalmente...pero esto son pequeñas oledadas, pues en lo mismo estamos. Y con antiguos lazos y también nuevos intentos. Ya hablaremos más profundamente cuando nos veamos. Saluda a todo el grupo de mi parte. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPertinente siempre releer a Campoamor.
ResponderEliminarAbrazos,
Frank.
Emilio, llego con el año ya empezado, y con una noche de poesía a cuestas, pero "nunca es tarde si la dicha es buena".
ResponderEliminarMe quedo en tu blog.
Besos amigo.
Frank, acertado comentario...parece un poeta menor, para muchos...pero, en su tiempo, la gente le adoraba. Porque hablaba de forma cercana...y decía grandes verdades...no tan elementales. Un abrazo.
ResponderEliminarDuna, me alegra infinito que seas de las personas que dan a las cosas su valor...y comprendas que el tiempo es una referencia, un marco, a veces difícil de saltar...y otras absurdo. Gracias por visitar mi literatura...que es como visitarme a mí. Prometo hacer lo mismo. Saltando el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los pensamiento compartidos, son las lecciones a varias voces y en ocasiones se cantan como el mejor coro de tenores, bajos y contrabajos siendo sus cuerdas el instrumento para atar, desatar y ajustar; eso va a depender sienpre de cada cual en la fial cordura de la libertad. Bravo colega.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Rosa María...gracias por compartir mi blog y pensamientos. La libertad, a veces, no es excesivamente cuerda...aunque las cuerdas de la libertad son los instrumentos siempre para ir hacia adelante. Crean, bien tocadas, la mejor música. Saludos.
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